martes, 8 de marzo de 2011

Teología de la liberación

LAS CULTURAS QUE PERFECCIONAN CREAN UN LEGADO.

El pastor deja su legado cuando pasa a trabajar a otro lugar, o cuando se va a estar con Cristo. Y necesitamos preguntarnos:¿Seguirán los demás lo que yo comencé, y lo llevarán adelante después que me haya ido? O bien: esta actividad, ¿debe seguir adelante cuando yo me haya ido?

Si se establece una cultura dedicada a perfeccionar, la visión y los sentimientos del pastor se convertirán también en la visión y los sentimientos de otros. Si perfeccionamos a otros para que se unan a nuestros esfuerzos, estaremos asegurando que el sueño que tenemos no muera. El mayor legado que dejamos los líderes dedicados a perfeccionar a otros no queda escrito en tarjas sujetadas a las paredes interiores de los edificios. El mayor legado que dejamos detrás, queda escrito en el corazón de las personas a las que hemos ayudado. Cada vez que una nueva persona se une a Dios en sus planes para la redención de la humanidad, nuestro legado sigue vivo, y nuestro fruto permanece.

Imagínese que cada uno de los miembros de su personal y de sus líderes laicos se dedicara a una cultura de perfeccionamiento. Éste es el primer paso para convertirse en una iglesia dedicada a perfeccionar. El siguiente paso consiste en examinar con toda sinceridad los ministerios de su iglesia.



Julio Cárdenas 16123945

Electrónica del Estado Solido

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Teología de la liberación

LAS CULTURAS QUE PERFECCIONAN COLOCAN EN LOS PUESTOS A LAS PERSONAS DESPUÉS DE HABERLO PENSADO CUIDADOSAMENTE.

Los líderes de las iglesias que perfeccionan reciben mayores responsabilidades si sus dones indican que reúnen las condiciones para recibirlas. Es necesario que se piense con cuidado los ascensos de las personas a los puestos. Muchas iglesias tienen demasiados jugadores en su personal de entrenadores. Los entrenadores y los jugadores usan habilidades distintas; son parecidos, pero son distintas. Lo típico es que los puestos de alta responsabilidad exijan mayor capacidad para perfeccionar a los demás. Ahora bien, los que pueden realizar bien una tarea no se convierten de manera automática en buenos entrenadores. Se puede afirmar que Michael Jordan es el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos; sin embargo, si no puede entrenar o perfeccionar a un jugador para que juegue como él jugaba, sería de poca ayuda para el equipo en la posición de entrenador. Hacerlo entrenador es algo que no sería justo para él, no para el equipo. Coloque a las personas en los puestos, de acuerdo con sus dones.


Julio Cárdenas 16123945

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Teología de la liberación

LOS INDICADORES PARA MEDIR EL BUEN ÉXITO EN UNA CULTURA DEDICADA A PERFECCIONAR.

Los indicadores que se suelen usar hoy para medir el buen éxito son unas vagas imágenes de Efesios 4. Una buena asistencia y una economía sana no lo dicen todo. George Barna, en su obra Growing True Disciples , afirma: "En el presente, son menos de la mitad de los adultos nacidos de nuevo (44 por ciento) los que están convencidos de que hay verdades morales absolutas". Cincuenta y seis por ciento no lo está. Sólo "55 por ciento afirma que la principal influencia en su forma de pensar acerca de las verdades morales, es la de la Biblia, o de las enseñanzas religiosas que reciben". Estas personas asisten a nuestras iglesias. Los números no nos dicen lo que queremos escuchar. La cultura que perfecciona se pone a un nivel personal con su gente y la hace vivir su fe. Los días en que se suponía que todo el mundo estaba de acuerdo con lo que se predicaba o enseñaba, hace mucho que pasaron.

Se necesitan nuevos indicadores del buen éxito. Ese buen éxito se puede decidir viendo quién participa en el proceso de discipulado; cuántas personas diezman; cuántas participan continuamente en los ministerios; cuántas están ocupadas en relaciones personales por medio de pequeños grupos, o de las clases de la escuela dominical; cuántos hogares en crisis han sido salvados del divorcio, y cuántas personas se está liberando para que se dediquen a nuevos ministerios. Estos indicadores no son perfectos, pero dan una buena evaluación sobre si se está convirtiendo o no a alguien en discípulo de Jesucristo.


                                                                    George Barna

Julio Cárdenas 16123945

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Teología de la liberación

LAS METAS Y PRIORIDADES DE UNA CULTURA DEDICADA A PERFECCIONAR.

Se necesitan metas a largo plazo para perfeccionar, que se extiendan entre uno y cinco años. Entre esas metas a largo plazo se hallan las siguientes: levantar nuevos líderes laicos que hagan lo que ha estado haciendo el personal pagado (esta meta libera al personal pagado para que haga las cosas que le encanta hacer); desarrollar mentores; desarrollar nuevos planes de estudio para ayudar en los esfuerzos de perfeccionamiento; relacionarse con los líderes laicos y sus expectativas en cuanto a perfeccionar a otros líderes laicos. Las metas y las prioridades deben reflejar la cultura dedicada a perfeccionar.




Craig E. Sweeney es pastor asociado de Peoples Church (Asambleas de Dios), Fresno, California.


Julio Cárdenas 16123945

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Teología de la liberación

EL TRABAJO DE UNA CULTURA DEDICADA A PERFECCIONAR.

Las estrategias no tienen tanta preocupación por los números, como por la calidad. La obra de hacer discípulos se realiza de uno en uno. Las reuniones en grupos grandes desempeñan su papel en estas estrategias, pero en algún momento se necesita ese adiestramiento de persona a persona. Por lo general, las grandes reuniones son costosas y atraen a la gente que ya asiste a las iglesias, pero es una mejor estrategia la de llevar el mensaje de esperanza a las almas perdidas. Muchas iglesias planifican reuniones con la idea de llevar más gente a su edificio, y poder hablarle allí. La iglesia que perfecciona usa su tiempo y sus recursos en adiestrar a la gente, de manera que pueda ministrar en lugares a los cuales el pastor no tiene acceso.



Julio Cárdenas 16123945

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Teología de la liberación

LAS ORACIONES DE FE DE UNA CULTURA DEDICADA A PERFECCIONAR.

 Estas oraciones continuas son motivadas por la fe en que las personas reconocerán el llamamiento que han recibido de Dios, y el potencial redentor que ellas mismas tienen en Cristo. Son oraciones que demuestran que el mayor recurso al alcance de una iglesia son sus miembros, y que la gente quebrantada tiene un potencial redentor. Éstos son los valores de una cultura que perfecciona. Las oraciones de un líder dedicado a perfeccionar a los demás son guiadas por la convicción de que cada persona tiene su propio valor dentro del plan de Dios. Estos líderes oran para que se les abran los ojos, de manera que puedan ver los dones que Dios ha depositado en cada persona. Oran para pedir sabiduría y discernimiento, a fin de perfeccionar y liberar esos dones. Son oraciones que no muestran que ellos se están apoyando en la cantidad de dinero que pueden obtener, sino en lo que Dios puede realizar por medio de la gente.

 





Julio Cárdenas 16123945

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Teología de la liberación

LA CULTURA QUE PERFECCIONA COMIENZA CON LA DESCRIPCIÓN CORRECTA.

Cuando describamos el aspecto que tiene una iglesia que triunfa y honra a Cristo, debemos estar seguros de que estamos viendo lo mismo que Dios ve. Piense en las descripciones de la iglesia que aparecen en Hechos 2:42-47; 4:32-35.

Efesios 4 es el cuadro más destacado de toda la galería. En los demás cuadros se puede aprender mucho, pero Efesios 4 es el producto terminado. Los otros no lo son. Aquí, el pueblo de Dios se entrega a sus planes para la humanidad. Sus integrantes se perfeccionan juntos, "para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo" (Efesios 4:12-15).

Observe que no se dice nada acerca de un talentoso grupo que dirija la adoración, ni sobre las dependencias de la iglesia, el estilo de música, los dramas, la próxima reunión extraordinaria, o aun acerca de la cantidad de gente que asiste a los cultos. Estas cosas son importantes dentro del contexto propio, pero no son el resultado. Sólo son instrumentos para que los utilice la iglesia. Son vagas imágenes, comparadas con el vibrante cuadro de Efesios 4.

Efesios 4 es el cuadro de una Iglesia que está cumpliendo con la Gran Comisión. En la cultura de la Iglesia hoy, con sus muchas distracciones, necesitamos mantener los ojos fijos en el cuadro propio.


JULIO CÁRDENAS 16123945

ELECTRÓNICA DEL ESTADO SOLIDO

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Teología de la liberación

El proceso de perfeccionamiento.

Esta primera medida no debe ser una simple suposición. Es la que determinará si su sueño seguirá siendo un sueño. Todas las iglesias tratan de perfeccionar algo a su gente, pero no todas son iglesias dedicadas al perfeccionamiento. La iglesia verdaderamente dedicada al perfeccionamiento encarna en sí una cultura de perfeccionamiento. Sus líderes están dedicados al desarrollo y mantenimiento de una cultura así en todos los aspectos de la iglesia.

He aquí algunas observaciones acerca de la dedicación de los líderes a una cultura de perfeccionamiento.

TRATAR DE ALCANZAR UNA CULTURA DE PERFECCIONAMIENTO ES BUSCAR EL CAMBIO.

Esta búsqueda medirá el nivel de dedicación de los líderes. Los cambios que es necesario hacer son significativos y deben comenzar en los niveles más altos. El cambio da vida, pero no podemos dar por seguro que todos lo aceptarán. A la gente, aun a la gente buena, no le gustan los cambios. Muchas veces los líderes proclaman: "Ya yo estoy dedicado a perfeccionar a los santos". Si los líderes encarnaran ese perfeccionamiento como cultura, ya estarían viviendo el sueño.


JULIO CÁRDENAS 16123945

ELECTRÓNICA DEL ESTADO SOLIDO

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Teología de la liberación

Visión interesante de un esfuerzo liberador.

Las iglesias que perfeccionan a sus miembros no son efecto de un accidente. Son resultado de una oración, una planificación, y una práctica deliberadas. Cuando alguien quiere edificar una casa, no comienza por los planos. Comienza por soñar con cierta casa. Sólo después que el sueño toma forma, se diseñan y desarrollan los planos. El arquitecto dibuja una imagen que usará como guía para el diseñador y los constructores a lo largo de todo el proceso. Los planos dan instrucciones paso por paso para construir la casa de sus sueños. Los edificadores utilizan esos planos y esa imagen muchas veces durante cada etapa de la construcción, de manera que la casa de los sueños se convierta en una realidad.

Con las iglesias sucede lo mismo. Primero fueron imaginadas en el corazón de Dios, y después su sueño tomó forma. El apóstol Pablo ayudó a identificar esa forma de lo que Dios había imaginado. En su epístola a los Efesios, describe el cuadro de lo que Dios sueña para la Iglesia del Nuevo Testamento (cap. 4). Los versículos son breves, pero la imagen tiene una profundidad considerable.

Pablo describe un cuadro del cuerpo de Cristo repleto de vida y esperanza, dedicado a perfeccionar a las personas para su llamado, de manera que se puedan unir a Dios en la realización de sus planes para la humanidad. Verdaderamente, es la Iglesia liberada, y realizando algo que sólo a Dios se le habría podido ocurrir.

Muchos se detienen a admirar este retrato de una Iglesia que alcanza "la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Efesios 4:13). Con frecuencia, después de contemplar esta imagen, nos alejamos inspirados por sus posibilidades, pero nos sentimos incapaces de reproducir en nuestras iglesias su profundidad de vida, su vitalidad, o su capacidad para perfeccionar.

Es necesario que nos preguntemos: ¿acaso es posible tener hoy una iglesia dedicada a perfeccionar, y rebosante de una vida y una esperanza así? ¿O es que la imagen descrita por Pablo no era realista?


JULIO CÁRDENAS 16123945

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lunes, 7 de febrero de 2011

Teología de la liberación

Convocado por el Vaticano en 1984 para un "coloquio" con la Santa Congregación para la Doctrina de la Fe (antes el Santo Oficio), dirigida por el Cardenal Ratzinger, el teólogo brasileño no agacha la cerviz, se niega a plegarse, permanece fiel a sus convicciones y Roma le condena a un año de "silencio obsequioso"; finalmente, frente a la multiplicación de las protestas en Brasil y otros lugares, se le redujo la sanción a varios meses. Diez años más tarde, cansado del hostigamiento, las prohibiciones y las exclusiones de Roma, Boff abandona la orden de los franciscanos y la Iglesia sin abandonar, no obstante, su actividad de teólogo católico.

A partir de los años 90 se interesa cada vez más por las cuestiones ecológicas, que aborda a la vez con un espíritu de amor místico y franciscano por la naturaleza y con una perspectiva de crítica radical del sistema capitalista. Será el objeto del libro Dignitas Terrae. Ecologia: grito da terra, grito dos pobres, (S. Paulo, Atica, 1995) y escribe innumerables ensayos filosóficos, éticos y teológicos que abordan esta problemática. Según Leonardo Boff, el encuentro entre la Teología de la Liberación y la ecología es el resultado de una constatación: "La misma lógica del sistema dominante de acumulación y la organización social que conduce a la explotación de los trabajadores, lleva también al pillaje de naciones enteras y finalmente a la degradación de la naturaleza".

Por tanto, la Teología de la Liberación aspira a una ruptura con la lógica de este sistema, una ruptura radical que apunta a "liberar a los pobres, los oprimidos y los excluidos, las víctimas de la voracidad de la acumulación injustamente distribuida y liberar la Tierra, esta gran víctima sacrificada por el pillaje sistemático de sus recursos, que pone en riesgo el equilibrio físico, químico y biológico del planeta como un todo". El paradigma opresión/liberación se aplica, pues, para ambas: las clases dominadas y explotadas por un lado y la Tierra y sus especies vivas por otro [3].

Amigo próximo de Leonardo Boff (publicaron algunos libros juntos), Frei Betto es sin duda uno de los teólogos de la liberación más importantes de Brasil y América Latina y uno de los principales animadores de los CEB (movimientos cristianos de base). Dirigente nacional de la Juventud estudiante cristiana (JEC) a principios de los años 60, Carlos Alberto Libânio Christo (su verdadero nombre) comenzó su educación espiritual y política con Santiago Maritain, Emmanuel Mounier, el padre Lebret y el gran intelectual católico brasileño Alceu Amoroso Lima, pero, durante su actividad militante en el movimiento en que estudiaba, la Unión Nacional de los Estudiantes (UNO), descubrió El Manifiesto Comunista y La Ideología Alemana. Cuando entró como novicio en la orden de los dominicos en 1965, en aquella época uno de los principales focos de elaboración de una interpretación liberacionista del cristianismo, ya había tomado firmemente la resolución de consagrarse a la lucha de la revolución brasileña [4].

Impresionado por la pobreza del pueblo y por la dictadura militar establecida en 1964, se incorpora a una red de dominicos que simpatizan activamente con la resistencia armada contra el régimen. Cuando la represión se intensificó en 1969, socorrió a numerosos militantes revolucionarios ayudándolos a esconderse o a cruzar la frontera para alcanzar Uruguay o Argentina. Esta actividad le costó cinco años de prisión, de 1969 a 1973.

En un libro fascinante publicado en Brasil y reeditado más de diez veces, Batismo de Sangue. Os dominicanos e a morte de Carlos Marighella (Río de Janeiro, Ed. Bertrand, 1987), traza el retrato del dirigente del principal grupo revolucionario armado, asesinado por la policía en 1969, así como el de sus amigos dominicos atrapados en las ruedas de la represión y destrozados por la tortura. El último capítulo está consagrado a la trágica figura de Frei Tito de Alencar, tan cruelmente torturado por la policía brasileña que jamás recobró su equilibrio psíquico: liberado de la prisión y exiliado en Francia, sufrió una aguda manía persecutoria y acabó por suicidarse en 1974.

Las cartas de prisión de Betto, publicadas en 1977, muestran su interés por el pensamiento de Marx, a quien designaba, para burlar la censura política, "el filósofo alemán". En una carta de octubre de 1971 a una amiga, abadesa benedictina, observaba: "la teoría económico-social del filósofo alemán no habría existido sin las escandalosas contradicciones sociales provocadas por el liberalismo económico, que lo condujeron a percibirlas, analizarlas y establecer principios capaces de sobrepasarlas" [5].

Después de su liberación de prisión en 1973, Frei Betto se consagró a la organización de las comunidades de base. Durante los años siguientes publicó varios folletos que, en un lenguaje simple e inteligible, explicaban el sentido de la Teología de la Liberación y el papel de las CEB. Muy pronto se convirtió en uno de los principales dirigentes de los encuentros intereclesiásticos nacionales, donde las comunidades de base de todas las regiones de Brasil intercambiaban sus experiencias sociales, políticas y religiosas. En 1980 organizó el 4º Congreso internacional de los teólogos del tercer mundo.

Desde 1979 Betto es responsable de la Pastoral obrera de Säo Bernardo do Campo, ciudad industrial del suburbio de Säo Paulo donde nació el nuevo sindicalismo brasileño. Sin adherirse a ninguna organización política, no escondía sus simpatías por el Partido de los Trabajadores (PT). Tras la victoria electoral del candidato del PT, Luis Inacio Lula da Silva, en 2001, fue designado por el nuevo presidente para dirigir el programa "Hambre Cero"; sin embargo, descontento con la orientación económica del gobierno, prisionero de los paradigmas neoliberales, dimitió de su puesto dos años después.

Mientras algunos teólogos intentan reducir el marxismo a una "mediación socio-analítica", Betto defiende, en su ensayo de 1986, Cristianismo e Marxismo, una interpretación mucho más amplia de la teoría marxista que incluye la ética y la utopía: "el marxismo es, sobre todo, una teoría de la praxis revolucionaria (...). La práctica revolucionaria sobrepasa el concepto y no se agota en análisis estrictamente científicos, porque necesariamente incluye dimensiones éticas, místicas y utópicas (...). Sin esta relación dialéctica teoría-praxis, el marxismo se esclerosa y se transforma en una ortodoxia académica peligrosamente manipulable por los que controlan los mecanismos del poder". Esta última frase es sin duda una referencia crítica a la URSS y a los países del socialismo real que constituyen, a sus ojos, una experiencia deformada por su "óptica objetivista", su "tendencia economicista" y sobre todo, su "metafísica del Estado".

Betto y Boff, como la inmensa mayoría de los teólogos de la liberación no aceptan la reducción, típicamente liberal, de la religión a un "asunto privado" del individuo. Para ellos la religión es un asunto eminentemente público, social y político. Esta actitud no es necesariamente una oposición a la laicidad; de hecho, el cristianismo de la liberación se sitúa en las antípodas del conservadurismo clerical:

 

  • Predicando la separación total entre la Iglesia y el Estado y la ruptura de la complicidad tradicional entre el clero y los poderosos.

 

  • Negando la idea de un partido o un sindicato católico y reconociendo la necesaria autonomía de los movimientos políticos y sociales populares.

 

  • Rechazando toda idea de regreso al "catolicismo político" precrítico y su ilusión de una "nueva cristiandad".

 

  • Favoreciendo la participación de los cristianos en los movimientos o partidos populares seglares.

Para la Teología de la Liberación no hay contradicción entre esta exigencia de democracia moderna y seglar y el compromiso de los cristianos en el ámbito político. Se trata de dos enfoques diferentes de la relación entre religión y política: desde el punto de vista institucional es imprescindible que prevalezcan la separación y la autonomía pero en el ámbito ético-político el imperativo esencial es el compromiso.

Teniendo en cuenta esta orientación eminentemente práctica y combativa no es de extrañar que muchos de los dirigentes y activistas de los movimientos sociales más importantes de los últimos años –desde 1990-, se formasen en América Latina en las ideas de la Teología de la Liberación. Podemos poner como ejemplo el MST (Movimiento de los Campesinos sin Tierra), uno de los movimientos más impresionantes de la historia contemporánea de Brasil por su capacidad de movilización, su radicalismo, su influencia política y su popularidad (y además una de las principales fuerzas de la organización del Foro Social Mundial). La inmensa mayoría de los dirigentes y activistas del MST proceden de las CEB o de la Pastoral de la Tierra: su formación religiosa, moral, social y, en cierta medida, política, se efectuó en las filas de "la Iglesia de los pobres". Sin embargo, desde su origen en los años 70, el MST se quiso un movimiento laico, seglar, autónomo e independiente con relación a la Iglesia. La inmensa mayoría de sus militantes son católicos pero también hay evangélicos y no creyentes (pocos). La doctrina (¡socialista!) y la cultura del MST no hacen referencia al cristianismo, pero podemos decir que el estilo de militancia, la fe en la causa y la disposición al sacrificio de sus miembros, de los que muchos han sido víctimas de asesinatos y hasta de matanzas colectivas durante los últimos años, tienen probablemente fuentes religiosas.

Las corrientes y los militantes cristianos que participan en el movimiento altermundista son muy diversos -ONG, militantes de los sindicatos y partidos de izquierda, estructuras próximas a la Iglesia- y no comparten las mismas elecciones políticas. Pero la inmensa mayoría se reconocen en las grandes líneas de la Teología de la Liberación tal como la formularon Leonardo Boff, Frei Betto, Clodovis Boff, Hugo Assmann, D. Tomas Balduino, D. Helder Câmara, D. Pedro Casaldaliga, y tantos otros conocidos y menos conocidos, y comparten su crítica ética y social del capitalismo y su compromiso por la liberación de los pobres.


Julio Alejandro Cárdenas V.

Electrónica del Estado Solido.

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Teología de la liberación

CONTINUACION

El concepto de "pobre" tiene obviamente un profundo alcance religioso en el cristianismo, pero corresponde también a una realidad social esencial en Brasil y América Latina: la existencia de una inmensa masa de desposeídos, tanto en las ciudades como en el campo, que no son todos proletarios o trabajadores. Algunos sindicalistas cristianos latinoamericanos hablan de "pobretariado" para describir a esta clase de desheredados que no sólo son víctimas de la explotación sino, sobre todo, de la exclusión social pura y simple.

El proceso de radicalización de las culturas católicas de Brasil y América Latina que desembocó en la creación de la Teología de la Liberación no va desde la cumbre de la Iglesia para irrigar su base ni de la base popular hacia la cumbre (dos versiones que se encuentran a menudo en los planteamientos de los sociólogos o historiadores del fenómeno), sino de la periferia hacia el centro. Las categorías o sectores sociales del ámbito religioso que serán el motor de la renovación son todos, de alguna forma, marginales o periféricos con relación a la institución: movimientos laicos de la Iglesia y sus capellanes, expertos laicos, sacerdotes extranjeros, órdenes religiosas. En algunos casos el movimiento alcanza el "centro" y consigue influir en las conferencias episcopales (particularmente en Brasil), en otros casos se queda bloqueado en los "márgenes" de la institución.

Aunque existen divergencias significativas entre los teólogos de la liberación, en la mayoría de sus escritos encontramos repetidos los temas fundamentales que constituyen una salida radical de la doctrina tradicional y establecida de las Iglesias católica y protestante:

  • Una implacable acusación moral y social contra el capitalismo como sistema injusto e inicuo, como forma de pecado estructural.
  • El uso del instrumento marxista para comprender las causas de la pobreza, las contradicciones del capitalismo y las formas de la lucha de clases.
  • La opción preferente a favor de los pobres y la solidaridad con su lucha de emancipación social.
  • El desarrollo de comunidades cristianas de base entre los pobres como la nueva forma de la Iglesia y como alternativa al modo de vida individualista impuesto por el sistema capitalista.
  • La lucha contra la idolatría (y no el ateísmo) como enemigo principal de la religión, es decir, contra los nuevos ídolos de la muerte adorados por los nuevos faraones, los nuevos Césares y los nuevos Herodes: El consumismo, la riqueza, el poder, la seguridad nacional, el estado, los ejércitos; en pocas palabras, "la civilización cristiana occidental ".

Examinemos más de cerca los escritos de Leonardo Boff y de Frei Betto, cuyas ideas contribuyeron sin duda a la formación de la cultura político-religiosa del componente cristiano del altermundismo.

El libro de Leonardo Boff -en la época miembro de la orden franciscana- Jesus Cristo libertador, (Petropolis, Vozes, 1971), puede considerarse como la primera obra de la Teología de la Liberación en Brasil. Esencialmente se trata de una obra de exégesis bíblica, pero uno de los capítulos, posiblemente el más innovador, que se titula "Cristología desde América Latina", expresa el deseo de que la Iglesia pueda "participar de manera crítica en el arranque global de liberación que conoce hoy la sociedad sudamericana". Según Boff, la hermenéutica bíblica de su libro está inspirada por la realidad latinoamericana, lo que da como resultado "la primacía del elemento antropológico sobre el eclesiástico, del utópico sobre el efectivo, del crítico sobre el dogmático, del social sobre el personal y de la ortopraxis sobre la ortodoxia"; aquí se anuncian algunos de los temas fundamentales de la Teología de la Liberación [1].

Personaje carismático, con una cultura y una creatividad enormes, al mismo tiempo místico franciscano y combatiente social, Boff se convirtió enseguida en el principal representante brasileño de esta nueva corriente teológica. En su primer libro ya encontramos referencias al "Principio Esperanza" de Ernst Bloch, pero progresivamente, en el curso de los años 70, los conceptos y temas marxistas cada vez aparecen más en su obra hasta convertirse en uno de los componentes fundamentales de su reflexión sobre las causas de la pobreza y la práctica de la solidaridad con la lucha de los pobres por su liberación.

Rechazando el argumento conservador que pretende juzgar el marxismo por las prácticas históricas del llamado "socialismo real", Boff constata no sin ironía que lo mismo que el cristianismo no se identifica con los mecanismos de la Santa Inquisición, el marxismo no tiene porqué equipararse a los "socialismos" existentes, que "no representan una alternativa deseable a causa de su tiranía burocrática y el ahogo de las libertades individuales". El ideal socialista puede y debe tomar otras formas históricas [2]

En 1981 Leonardo Boff publica el libro Igreja carisma e poder, una vuelta de tuerca en la historia de la Teología de la Liberación: por primera vez desde la Reforma protestante, un sacerdote católico pone en entredicho, de manera directa, la autoridad jerárquica de la Iglesia, su estilo de poder romano-imperial, su tradición de intolerancia y dogmatismo –simbolizada durante varios siglos por la Inquisición-, la represión de toda crítica venida de abajo y el rechazo de la libertad de pensamiento. Denuncia también la pretensión de infalibilidad la Iglesia y el poder personal excesivo de los papas, que compara, no sin ironía, con el del secretario general del Partido Comunista soviético.


Julio Alejandro Cárdenas V.

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Teología de la liberación

La Teología de la Liberación: Leonardo Boff y Frei Betto.


Los cristianos comprometidos socialmente son uno de los componentes más activos e importantes del movimiento altermundista; particularmente, pero no sólo, en América Latina y muy especialmente en Brasil, país que acogió las primeras reuniones del Foro Social Mundial (FSM). Uno de los iniciadores del Foro, Chico Whitaker, miembro de la "Comisión Justicia y Paz" de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos Brasileños), pertenece a esta esfera de influencia, lo mismo que el sacerdote belga François Houtart, amigo y profesor de Camilo Torres, promotor de la revista Alternatives Sud, fundador del "Centro Tricontinental" (CETRI) y una de las figuras intelectuales más influyentes del Foro.

Podemos fechar el nacimiento de esta corriente, que podríamos denominar como "cristianismo de la liberación", a principios de los años 60, cuando la Juventud Universitaria Cristiana brasileña (JUC), alimentada de cultura católica francesa progresista (Emmanuel Mounier y la revista Esprit, el padre Lebret y el movimiento "Economía y Humanismo", el Karl Marx del jesuita J.Y. Calvez), formula por primera vez, en nombre del cristianismo, una propuesta radical de transformación social. Este movimiento se extiende después a otros países del continente y encuentra, a partir de los años 70, una expresión cultural, política y espiritual en la "Teología de la Liberación".

Los dos principales teólogos de la liberación brasileños, Leonardo Boff y Frei Betto están, por tanto, entre los precursores e inspiradores del altermundismo; con sus escritos y sus palabras participan activamente en las movilizaciones del "movimiento de los movimientos" y en los encuentros del Foro Social Mundial. Si su influencia es muy significativa en Brasil, donde muchos militantes de los movimientos sociales como sindicatos, MST (campesinos sin tierra) y movimientos de mujeres, provienen de comunidades eclesiásticas de base (CEB) que se reconocen en la Teología de la Liberación, sus escritos también son muy conocidos entre los cristianos de otros países, tanto de América Latina como del resto del mundo.

Si hubiera que resumir la idea central de la Teología de la Liberación en una sola frase, sería "opción preferente para los pobres".

¿Cuál es la novedad? ¿La Iglesia no estuvo siempre caritativamente atenta al sufrimiento de los pobres? La diferencia -capital- es que el cristianismo de la liberación ya no considera a los pobres como simples objetos de ayuda, compasión o caridad, sino como protagonistas de su propia historia, artífices de su propia liberación. El papel de los cristianos comprometidos socialmente es participar en la "larga marcha" de los pobres hacia la "tierra prometida" -la libertad- contribuyendo a su organización y emancipación sociales.



Julio Alejandro Cárdenas V.

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domingo, 6 de febrero de 2011

Teología de la liberación

LEONARDO BOFF ESPONENTE CONTEMPORANEO DE LA DOCTRINA DE LA LIBERACION TEOLÓGICA.


Leonardo Boff (* Concórdia, Brasil, 14 de diciembre de 1938). Teólogo, filósofo, escritor, profesor, ecologista brasileño. Su nombre de pila es Genésio Darci Boff, pero como religioso adoptó el nombre de Leonardo. Su hermano Clodovis Boff, es un teólogo católico de la orden de los Siervos de Maria, cercano a la Teología de la Liberación.

Es nieto de inmigrantes italianos venidos del Véneto a Rio Grande do Sul a finales del siglo XIX. Hizo sus estudios primarios y secundarios en Concórdia, Rio Negro y Agudos. Estudió Filosofía en Curitibá y Teología en Petrópolis. En 1970 se doctoró en Teología y Filosofía en la Universidad de Munich-Alemania. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores, franciscanos, en 1959.

Durante 22 años fue profesor de Teología Sistemática y Ecuménica en el Instituto Teológico Franciscano de Petrópolis, profesor de Teología y Espiritualidad en varios centros de estudio y universidades de Brasil y del exterior, y profesor visitante en las universidades de Lisboa (Portugal), Salamanca (España), Harvard (EUA), Basilea (Suiza) y Heidelberg (Alemania).

Es doctor Honoris Causa en Política por la Universidad de Turín (Italia) y en Teología por la Universidad de Lund (Suecia), y ha sido galardonado con varios premios en Brasil y en el exterior por su lucha a favor de los débiles, oprimidos y marginados, y de los Derechos Humanos. El 8 de diciembre del 2001 le fue otorgado en Estocolmo el Right Livelihood Award, conocido también como el Nóbel Alternativo.

Entre 1975 y 1985 participó del consejo editorial de la Editorial Vozes. En este periodo formó parte de la coordinación de la colección "Teología y Liberación" y de la edición de las obras completas de C. G. Jung. Ha sido redactor de la Revista Eclesiástica Brasileira (1970-1984), de la Revista de Cultura Vozes (1984-1992) y da Revista Internacional Concilium (1970-1995). 

Es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino. En 1984, en razón de sus tesis ligadas a la Teología de la Liberación expuestas en su libro Iglesia: Carisma y Poder, fue sometido a un proceso por parte de la Sagrada Congregación para la Defensa de la Fe. En 1985 fue condenado a un año de "silencio" (suspensión "a divinis") y depuesto de todas sus funciones editoriales y académicas en el campo religioso. Dada la presión mundial sobre el Vaticano, le fue levantada dicha suspensión en 1986, pudiendo retomar algunas de sus actividades.

Estuvo a punto de ser silenciado de nuevo en 1992 por Roma, para evitar que participara en el Eco-92 de Río de Janeiro, lo que finalmente le movió a dejar la orden franciscana, y el ministerio presbiteral.Actualmente vive en el Jardim Araras, región campestre ecológica del municipio de Petrópolis-RJ, con su pareja Marcia Maria Monteiro de Miranda.

En 1993 presentó concurso, y fue aprobado, como Profesor de Ética, Filosofía de la Religión y Ecología en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).

Es autor de más de 60 libros en las áreas de Teología, Espiritualidad, Filosofía, Antropología y Mística. La mayor parte de su obra ha sido traducida a los principales idiomas modernos.

 



Julio Alejandro Cárdenas V

Electrónica del Estado Solido.

http://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADa_de_la_liberaci%C3%B3n

Teología de la liberación

¿Qué ha ocurrido mientras con la Teología de la Liberación? ¿Fue algo temporal, relacionado solamente con aquellos tiempos de revolución?


Juan José Tamayo comenta que lo que ha hecho la TL en este tiempo ha sido replantear sus implicaciones, ya que el momento que actualmente se vive también es distinto. "La TL ha conseguido desenmascarar todos los efectos de la globalización neoliberal de la economía, la política, la sociedad; se ha opuesto al pensamiento único, al socialismo real y ha luchado por el socialismo democrático. Con estas cifras tan tremendas de deuda externa, la economía impone que para saldar esa deuda hay que aplicar ajustes brutales: tala de grandes bosques, explotación abusiva de los suelos. Eso a la postre genera pobreza. Todas estas cuestiones son nuevas, como también lo es la incorporación de la mujer. Los primeros planteamientos de la TL la hicieron hombres, así que me temo que todo tenía cierto toque patriarcal". La presencia de la mujer en la Iglesia siempre ha sido tema de conflicto. En el fondo, como argumenta Eugen Drewermann, es porque Roma teme las muchas cosas que ellas cambiarían. Tamayo destaca la importante influencia que han ejercido un grupo de mujeres, excelentemente preparadas en universidades de Europa y EEUU en la Teología de la Liberación. "Las mujeres han realizado aportaciones espectaculares -señala Tamayo-, han ampliado el horizonte de la razón teológica, han aportado sensibilidad, ternura -lo que ellas llaman la
 praxis del cariño-, el mundo poético, simbólico, abstracto, lleno de intuición... Todo esto antes no existía, y no lo han aportado ellas por ser mujeres, sino porque es algo nuevo que ellas han sabido integrar. Han demostrado que la opresión en América Latina no es abstracta, tiene rostros y quien más lo sufre es la mujer latinoamericana por varias razones. Una, simplemente por ser mujer y pertenecer a la clase popular; la otra, por formar parte de una determinada minoría étnica. Por otro lado, también han dejado patente y han reivindicado el protagonismo que ha tenido la mujer en la historia del cristianismo, aunque esto la Iglesia siempre lo haya silenciado". Hoy, con un mensaje renovado y siempre atenta a las necesidades de la población, la TL está presente en muchos países de América Latina. "En Perú y por influencia de Gustavo Gutiérrez -explica Tamayo-, se ha creado un foco muy importante. En El Salvador en torno a Jon Sobrino, y aunque la situación allí sigue delicada, la Universidad Centroamericana sigue siendo un referente importante no sólo para la Teología de la Liberación, sino también para la sociología de la Liberación, psicología de la Liberación, etc. También tiene importante presencia en México, Brasil -donde existe el mayor número de teólogos y obispos de la liberación- y Costa Rica en torno al Departamento Ecuménico de Investigaciones, en el que yo mismo soy profesor".
Los pilares sobre los que se levanta la nueva TL siguen siendo los campesinos oprimidos, las minorías étnicas, las mujeres que han enriquecido con nuevos elementos la reflexión teológica y lo han fundido con la ecología; y por último el respeto y el amor a la Tierra, tan vital para la subsistencia de estos hombres, pero también tan importante para el equilibrio del ecosistema. Hoy se sigue negando la tierra, las tradiciones, la cultura, la lengua, el arte a los indígenas, lo que indica que los problemas de base no han variado demasiado.
Pan, Tierra y Libertad
 sigue siendo el grito de los oprimidos mientras dirigen sus miradas al cielo en espera de una respuesta.


Julio Alejandro Cárdenas V.

Electrónica del Estado Solido.

http://www.revistafusion.com/2001/marzo/temac90.htm

Teología de la liberación

Teología de la Liberación. Hoy


España es en estos momentos el segundo inversor extranjero en América Latina después de los Estados Unidos. Endesa (España) -informa el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights- posee el 32% de las acciones del consorcio ENERSIS responsable de las obras de la central hidroeléctrica de Ralco en el río Bio-Bio (Chile). Esta zona está considerada como uno de los ecosistemas más ricos del planeta, y también es el hábitat ancestral de la etnia Mapuche-Pehuenche, dueños legítimos de estos terrenos en los que se quiere construir la presa, lo que supondría el desplazamiento y desarraigo de este pueblo, amenazando seriamente su supervivencia, ya bastante difícil tras la larga política de asimilación llevada a cabo por los sucesivos gobiernos chilenos que han terminado ignorando la identidad de los pueblos indígenas y han reprimido violentamente sus manifestaciones y a sus dirigentes.
En Porto Alegre (Brasil) acaba de celebrarse el Foro Social Mundial, un encuentro multirracial, multigeneracional y con un lema: "Otro mundo es posible". Aquí han unido sus fuerzas todos aquellos que se oponen a la globalización y la concentración ha llenado de esperanza a los más pesimistas.
Pretendían protestar de forma distinta a Seattle y a Praga. ¿Cómo? Presentando alternativas al sistema neoliberal que tanto daño ha hecho en aquellas tierras. Los temas abordados fueron el requerimiento de anulación de la deuda del Tercer Mundo, el establecimiento de un impuesto a los flujos de capitales especulativos, la eliminación de paraísos fiscales, definición de nuevas reglas para el comercio mundial, la reforma agraria, las prioridades en salud y educación y el rechazo a políticas de ajuste impuestas por el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

Sin duda, ya no estamos en tiempo de dictaduras. Hoy la mayor parte de los países de América Latina posee una estructura democrática aunque también es cierto que las situaciones de opresión e injusticia se siguen sucediendo y los movimientos reivindicativos como los "Sin Tierra" en Brasil, los Zapatistas en México, están ahí. Parece que la globalización no ha solucionado los problemas de antaño.



Julio Alejandro Cardenas V.

Electronica del Estado Solido.

http://www.revistafusion.com/2001/marzo/temac90.htm