lunes, 7 de febrero de 2011

Teología de la liberación

Convocado por el Vaticano en 1984 para un "coloquio" con la Santa Congregación para la Doctrina de la Fe (antes el Santo Oficio), dirigida por el Cardenal Ratzinger, el teólogo brasileño no agacha la cerviz, se niega a plegarse, permanece fiel a sus convicciones y Roma le condena a un año de "silencio obsequioso"; finalmente, frente a la multiplicación de las protestas en Brasil y otros lugares, se le redujo la sanción a varios meses. Diez años más tarde, cansado del hostigamiento, las prohibiciones y las exclusiones de Roma, Boff abandona la orden de los franciscanos y la Iglesia sin abandonar, no obstante, su actividad de teólogo católico.

A partir de los años 90 se interesa cada vez más por las cuestiones ecológicas, que aborda a la vez con un espíritu de amor místico y franciscano por la naturaleza y con una perspectiva de crítica radical del sistema capitalista. Será el objeto del libro Dignitas Terrae. Ecologia: grito da terra, grito dos pobres, (S. Paulo, Atica, 1995) y escribe innumerables ensayos filosóficos, éticos y teológicos que abordan esta problemática. Según Leonardo Boff, el encuentro entre la Teología de la Liberación y la ecología es el resultado de una constatación: "La misma lógica del sistema dominante de acumulación y la organización social que conduce a la explotación de los trabajadores, lleva también al pillaje de naciones enteras y finalmente a la degradación de la naturaleza".

Por tanto, la Teología de la Liberación aspira a una ruptura con la lógica de este sistema, una ruptura radical que apunta a "liberar a los pobres, los oprimidos y los excluidos, las víctimas de la voracidad de la acumulación injustamente distribuida y liberar la Tierra, esta gran víctima sacrificada por el pillaje sistemático de sus recursos, que pone en riesgo el equilibrio físico, químico y biológico del planeta como un todo". El paradigma opresión/liberación se aplica, pues, para ambas: las clases dominadas y explotadas por un lado y la Tierra y sus especies vivas por otro [3].

Amigo próximo de Leonardo Boff (publicaron algunos libros juntos), Frei Betto es sin duda uno de los teólogos de la liberación más importantes de Brasil y América Latina y uno de los principales animadores de los CEB (movimientos cristianos de base). Dirigente nacional de la Juventud estudiante cristiana (JEC) a principios de los años 60, Carlos Alberto Libânio Christo (su verdadero nombre) comenzó su educación espiritual y política con Santiago Maritain, Emmanuel Mounier, el padre Lebret y el gran intelectual católico brasileño Alceu Amoroso Lima, pero, durante su actividad militante en el movimiento en que estudiaba, la Unión Nacional de los Estudiantes (UNO), descubrió El Manifiesto Comunista y La Ideología Alemana. Cuando entró como novicio en la orden de los dominicos en 1965, en aquella época uno de los principales focos de elaboración de una interpretación liberacionista del cristianismo, ya había tomado firmemente la resolución de consagrarse a la lucha de la revolución brasileña [4].

Impresionado por la pobreza del pueblo y por la dictadura militar establecida en 1964, se incorpora a una red de dominicos que simpatizan activamente con la resistencia armada contra el régimen. Cuando la represión se intensificó en 1969, socorrió a numerosos militantes revolucionarios ayudándolos a esconderse o a cruzar la frontera para alcanzar Uruguay o Argentina. Esta actividad le costó cinco años de prisión, de 1969 a 1973.

En un libro fascinante publicado en Brasil y reeditado más de diez veces, Batismo de Sangue. Os dominicanos e a morte de Carlos Marighella (Río de Janeiro, Ed. Bertrand, 1987), traza el retrato del dirigente del principal grupo revolucionario armado, asesinado por la policía en 1969, así como el de sus amigos dominicos atrapados en las ruedas de la represión y destrozados por la tortura. El último capítulo está consagrado a la trágica figura de Frei Tito de Alencar, tan cruelmente torturado por la policía brasileña que jamás recobró su equilibrio psíquico: liberado de la prisión y exiliado en Francia, sufrió una aguda manía persecutoria y acabó por suicidarse en 1974.

Las cartas de prisión de Betto, publicadas en 1977, muestran su interés por el pensamiento de Marx, a quien designaba, para burlar la censura política, "el filósofo alemán". En una carta de octubre de 1971 a una amiga, abadesa benedictina, observaba: "la teoría económico-social del filósofo alemán no habría existido sin las escandalosas contradicciones sociales provocadas por el liberalismo económico, que lo condujeron a percibirlas, analizarlas y establecer principios capaces de sobrepasarlas" [5].

Después de su liberación de prisión en 1973, Frei Betto se consagró a la organización de las comunidades de base. Durante los años siguientes publicó varios folletos que, en un lenguaje simple e inteligible, explicaban el sentido de la Teología de la Liberación y el papel de las CEB. Muy pronto se convirtió en uno de los principales dirigentes de los encuentros intereclesiásticos nacionales, donde las comunidades de base de todas las regiones de Brasil intercambiaban sus experiencias sociales, políticas y religiosas. En 1980 organizó el 4º Congreso internacional de los teólogos del tercer mundo.

Desde 1979 Betto es responsable de la Pastoral obrera de Säo Bernardo do Campo, ciudad industrial del suburbio de Säo Paulo donde nació el nuevo sindicalismo brasileño. Sin adherirse a ninguna organización política, no escondía sus simpatías por el Partido de los Trabajadores (PT). Tras la victoria electoral del candidato del PT, Luis Inacio Lula da Silva, en 2001, fue designado por el nuevo presidente para dirigir el programa "Hambre Cero"; sin embargo, descontento con la orientación económica del gobierno, prisionero de los paradigmas neoliberales, dimitió de su puesto dos años después.

Mientras algunos teólogos intentan reducir el marxismo a una "mediación socio-analítica", Betto defiende, en su ensayo de 1986, Cristianismo e Marxismo, una interpretación mucho más amplia de la teoría marxista que incluye la ética y la utopía: "el marxismo es, sobre todo, una teoría de la praxis revolucionaria (...). La práctica revolucionaria sobrepasa el concepto y no se agota en análisis estrictamente científicos, porque necesariamente incluye dimensiones éticas, místicas y utópicas (...). Sin esta relación dialéctica teoría-praxis, el marxismo se esclerosa y se transforma en una ortodoxia académica peligrosamente manipulable por los que controlan los mecanismos del poder". Esta última frase es sin duda una referencia crítica a la URSS y a los países del socialismo real que constituyen, a sus ojos, una experiencia deformada por su "óptica objetivista", su "tendencia economicista" y sobre todo, su "metafísica del Estado".

Betto y Boff, como la inmensa mayoría de los teólogos de la liberación no aceptan la reducción, típicamente liberal, de la religión a un "asunto privado" del individuo. Para ellos la religión es un asunto eminentemente público, social y político. Esta actitud no es necesariamente una oposición a la laicidad; de hecho, el cristianismo de la liberación se sitúa en las antípodas del conservadurismo clerical:

 

  • Predicando la separación total entre la Iglesia y el Estado y la ruptura de la complicidad tradicional entre el clero y los poderosos.

 

  • Negando la idea de un partido o un sindicato católico y reconociendo la necesaria autonomía de los movimientos políticos y sociales populares.

 

  • Rechazando toda idea de regreso al "catolicismo político" precrítico y su ilusión de una "nueva cristiandad".

 

  • Favoreciendo la participación de los cristianos en los movimientos o partidos populares seglares.

Para la Teología de la Liberación no hay contradicción entre esta exigencia de democracia moderna y seglar y el compromiso de los cristianos en el ámbito político. Se trata de dos enfoques diferentes de la relación entre religión y política: desde el punto de vista institucional es imprescindible que prevalezcan la separación y la autonomía pero en el ámbito ético-político el imperativo esencial es el compromiso.

Teniendo en cuenta esta orientación eminentemente práctica y combativa no es de extrañar que muchos de los dirigentes y activistas de los movimientos sociales más importantes de los últimos años –desde 1990-, se formasen en América Latina en las ideas de la Teología de la Liberación. Podemos poner como ejemplo el MST (Movimiento de los Campesinos sin Tierra), uno de los movimientos más impresionantes de la historia contemporánea de Brasil por su capacidad de movilización, su radicalismo, su influencia política y su popularidad (y además una de las principales fuerzas de la organización del Foro Social Mundial). La inmensa mayoría de los dirigentes y activistas del MST proceden de las CEB o de la Pastoral de la Tierra: su formación religiosa, moral, social y, en cierta medida, política, se efectuó en las filas de "la Iglesia de los pobres". Sin embargo, desde su origen en los años 70, el MST se quiso un movimiento laico, seglar, autónomo e independiente con relación a la Iglesia. La inmensa mayoría de sus militantes son católicos pero también hay evangélicos y no creyentes (pocos). La doctrina (¡socialista!) y la cultura del MST no hacen referencia al cristianismo, pero podemos decir que el estilo de militancia, la fe en la causa y la disposición al sacrificio de sus miembros, de los que muchos han sido víctimas de asesinatos y hasta de matanzas colectivas durante los últimos años, tienen probablemente fuentes religiosas.

Las corrientes y los militantes cristianos que participan en el movimiento altermundista son muy diversos -ONG, militantes de los sindicatos y partidos de izquierda, estructuras próximas a la Iglesia- y no comparten las mismas elecciones políticas. Pero la inmensa mayoría se reconocen en las grandes líneas de la Teología de la Liberación tal como la formularon Leonardo Boff, Frei Betto, Clodovis Boff, Hugo Assmann, D. Tomas Balduino, D. Helder Câmara, D. Pedro Casaldaliga, y tantos otros conocidos y menos conocidos, y comparten su crítica ética y social del capitalismo y su compromiso por la liberación de los pobres.


Julio Alejandro Cárdenas V.

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Teología de la liberación

CONTINUACION

El concepto de "pobre" tiene obviamente un profundo alcance religioso en el cristianismo, pero corresponde también a una realidad social esencial en Brasil y América Latina: la existencia de una inmensa masa de desposeídos, tanto en las ciudades como en el campo, que no son todos proletarios o trabajadores. Algunos sindicalistas cristianos latinoamericanos hablan de "pobretariado" para describir a esta clase de desheredados que no sólo son víctimas de la explotación sino, sobre todo, de la exclusión social pura y simple.

El proceso de radicalización de las culturas católicas de Brasil y América Latina que desembocó en la creación de la Teología de la Liberación no va desde la cumbre de la Iglesia para irrigar su base ni de la base popular hacia la cumbre (dos versiones que se encuentran a menudo en los planteamientos de los sociólogos o historiadores del fenómeno), sino de la periferia hacia el centro. Las categorías o sectores sociales del ámbito religioso que serán el motor de la renovación son todos, de alguna forma, marginales o periféricos con relación a la institución: movimientos laicos de la Iglesia y sus capellanes, expertos laicos, sacerdotes extranjeros, órdenes religiosas. En algunos casos el movimiento alcanza el "centro" y consigue influir en las conferencias episcopales (particularmente en Brasil), en otros casos se queda bloqueado en los "márgenes" de la institución.

Aunque existen divergencias significativas entre los teólogos de la liberación, en la mayoría de sus escritos encontramos repetidos los temas fundamentales que constituyen una salida radical de la doctrina tradicional y establecida de las Iglesias católica y protestante:

  • Una implacable acusación moral y social contra el capitalismo como sistema injusto e inicuo, como forma de pecado estructural.
  • El uso del instrumento marxista para comprender las causas de la pobreza, las contradicciones del capitalismo y las formas de la lucha de clases.
  • La opción preferente a favor de los pobres y la solidaridad con su lucha de emancipación social.
  • El desarrollo de comunidades cristianas de base entre los pobres como la nueva forma de la Iglesia y como alternativa al modo de vida individualista impuesto por el sistema capitalista.
  • La lucha contra la idolatría (y no el ateísmo) como enemigo principal de la religión, es decir, contra los nuevos ídolos de la muerte adorados por los nuevos faraones, los nuevos Césares y los nuevos Herodes: El consumismo, la riqueza, el poder, la seguridad nacional, el estado, los ejércitos; en pocas palabras, "la civilización cristiana occidental ".

Examinemos más de cerca los escritos de Leonardo Boff y de Frei Betto, cuyas ideas contribuyeron sin duda a la formación de la cultura político-religiosa del componente cristiano del altermundismo.

El libro de Leonardo Boff -en la época miembro de la orden franciscana- Jesus Cristo libertador, (Petropolis, Vozes, 1971), puede considerarse como la primera obra de la Teología de la Liberación en Brasil. Esencialmente se trata de una obra de exégesis bíblica, pero uno de los capítulos, posiblemente el más innovador, que se titula "Cristología desde América Latina", expresa el deseo de que la Iglesia pueda "participar de manera crítica en el arranque global de liberación que conoce hoy la sociedad sudamericana". Según Boff, la hermenéutica bíblica de su libro está inspirada por la realidad latinoamericana, lo que da como resultado "la primacía del elemento antropológico sobre el eclesiástico, del utópico sobre el efectivo, del crítico sobre el dogmático, del social sobre el personal y de la ortopraxis sobre la ortodoxia"; aquí se anuncian algunos de los temas fundamentales de la Teología de la Liberación [1].

Personaje carismático, con una cultura y una creatividad enormes, al mismo tiempo místico franciscano y combatiente social, Boff se convirtió enseguida en el principal representante brasileño de esta nueva corriente teológica. En su primer libro ya encontramos referencias al "Principio Esperanza" de Ernst Bloch, pero progresivamente, en el curso de los años 70, los conceptos y temas marxistas cada vez aparecen más en su obra hasta convertirse en uno de los componentes fundamentales de su reflexión sobre las causas de la pobreza y la práctica de la solidaridad con la lucha de los pobres por su liberación.

Rechazando el argumento conservador que pretende juzgar el marxismo por las prácticas históricas del llamado "socialismo real", Boff constata no sin ironía que lo mismo que el cristianismo no se identifica con los mecanismos de la Santa Inquisición, el marxismo no tiene porqué equipararse a los "socialismos" existentes, que "no representan una alternativa deseable a causa de su tiranía burocrática y el ahogo de las libertades individuales". El ideal socialista puede y debe tomar otras formas históricas [2]

En 1981 Leonardo Boff publica el libro Igreja carisma e poder, una vuelta de tuerca en la historia de la Teología de la Liberación: por primera vez desde la Reforma protestante, un sacerdote católico pone en entredicho, de manera directa, la autoridad jerárquica de la Iglesia, su estilo de poder romano-imperial, su tradición de intolerancia y dogmatismo –simbolizada durante varios siglos por la Inquisición-, la represión de toda crítica venida de abajo y el rechazo de la libertad de pensamiento. Denuncia también la pretensión de infalibilidad la Iglesia y el poder personal excesivo de los papas, que compara, no sin ironía, con el del secretario general del Partido Comunista soviético.


Julio Alejandro Cárdenas V.

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Teología de la liberación

La Teología de la Liberación: Leonardo Boff y Frei Betto.


Los cristianos comprometidos socialmente son uno de los componentes más activos e importantes del movimiento altermundista; particularmente, pero no sólo, en América Latina y muy especialmente en Brasil, país que acogió las primeras reuniones del Foro Social Mundial (FSM). Uno de los iniciadores del Foro, Chico Whitaker, miembro de la "Comisión Justicia y Paz" de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos Brasileños), pertenece a esta esfera de influencia, lo mismo que el sacerdote belga François Houtart, amigo y profesor de Camilo Torres, promotor de la revista Alternatives Sud, fundador del "Centro Tricontinental" (CETRI) y una de las figuras intelectuales más influyentes del Foro.

Podemos fechar el nacimiento de esta corriente, que podríamos denominar como "cristianismo de la liberación", a principios de los años 60, cuando la Juventud Universitaria Cristiana brasileña (JUC), alimentada de cultura católica francesa progresista (Emmanuel Mounier y la revista Esprit, el padre Lebret y el movimiento "Economía y Humanismo", el Karl Marx del jesuita J.Y. Calvez), formula por primera vez, en nombre del cristianismo, una propuesta radical de transformación social. Este movimiento se extiende después a otros países del continente y encuentra, a partir de los años 70, una expresión cultural, política y espiritual en la "Teología de la Liberación".

Los dos principales teólogos de la liberación brasileños, Leonardo Boff y Frei Betto están, por tanto, entre los precursores e inspiradores del altermundismo; con sus escritos y sus palabras participan activamente en las movilizaciones del "movimiento de los movimientos" y en los encuentros del Foro Social Mundial. Si su influencia es muy significativa en Brasil, donde muchos militantes de los movimientos sociales como sindicatos, MST (campesinos sin tierra) y movimientos de mujeres, provienen de comunidades eclesiásticas de base (CEB) que se reconocen en la Teología de la Liberación, sus escritos también son muy conocidos entre los cristianos de otros países, tanto de América Latina como del resto del mundo.

Si hubiera que resumir la idea central de la Teología de la Liberación en una sola frase, sería "opción preferente para los pobres".

¿Cuál es la novedad? ¿La Iglesia no estuvo siempre caritativamente atenta al sufrimiento de los pobres? La diferencia -capital- es que el cristianismo de la liberación ya no considera a los pobres como simples objetos de ayuda, compasión o caridad, sino como protagonistas de su propia historia, artífices de su propia liberación. El papel de los cristianos comprometidos socialmente es participar en la "larga marcha" de los pobres hacia la "tierra prometida" -la libertad- contribuyendo a su organización y emancipación sociales.



Julio Alejandro Cárdenas V.

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domingo, 6 de febrero de 2011

Teología de la liberación

LEONARDO BOFF ESPONENTE CONTEMPORANEO DE LA DOCTRINA DE LA LIBERACION TEOLÓGICA.


Leonardo Boff (* Concórdia, Brasil, 14 de diciembre de 1938). Teólogo, filósofo, escritor, profesor, ecologista brasileño. Su nombre de pila es Genésio Darci Boff, pero como religioso adoptó el nombre de Leonardo. Su hermano Clodovis Boff, es un teólogo católico de la orden de los Siervos de Maria, cercano a la Teología de la Liberación.

Es nieto de inmigrantes italianos venidos del Véneto a Rio Grande do Sul a finales del siglo XIX. Hizo sus estudios primarios y secundarios en Concórdia, Rio Negro y Agudos. Estudió Filosofía en Curitibá y Teología en Petrópolis. En 1970 se doctoró en Teología y Filosofía en la Universidad de Munich-Alemania. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores, franciscanos, en 1959.

Durante 22 años fue profesor de Teología Sistemática y Ecuménica en el Instituto Teológico Franciscano de Petrópolis, profesor de Teología y Espiritualidad en varios centros de estudio y universidades de Brasil y del exterior, y profesor visitante en las universidades de Lisboa (Portugal), Salamanca (España), Harvard (EUA), Basilea (Suiza) y Heidelberg (Alemania).

Es doctor Honoris Causa en Política por la Universidad de Turín (Italia) y en Teología por la Universidad de Lund (Suecia), y ha sido galardonado con varios premios en Brasil y en el exterior por su lucha a favor de los débiles, oprimidos y marginados, y de los Derechos Humanos. El 8 de diciembre del 2001 le fue otorgado en Estocolmo el Right Livelihood Award, conocido también como el Nóbel Alternativo.

Entre 1975 y 1985 participó del consejo editorial de la Editorial Vozes. En este periodo formó parte de la coordinación de la colección "Teología y Liberación" y de la edición de las obras completas de C. G. Jung. Ha sido redactor de la Revista Eclesiástica Brasileira (1970-1984), de la Revista de Cultura Vozes (1984-1992) y da Revista Internacional Concilium (1970-1995). 

Es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino. En 1984, en razón de sus tesis ligadas a la Teología de la Liberación expuestas en su libro Iglesia: Carisma y Poder, fue sometido a un proceso por parte de la Sagrada Congregación para la Defensa de la Fe. En 1985 fue condenado a un año de "silencio" (suspensión "a divinis") y depuesto de todas sus funciones editoriales y académicas en el campo religioso. Dada la presión mundial sobre el Vaticano, le fue levantada dicha suspensión en 1986, pudiendo retomar algunas de sus actividades.

Estuvo a punto de ser silenciado de nuevo en 1992 por Roma, para evitar que participara en el Eco-92 de Río de Janeiro, lo que finalmente le movió a dejar la orden franciscana, y el ministerio presbiteral.Actualmente vive en el Jardim Araras, región campestre ecológica del municipio de Petrópolis-RJ, con su pareja Marcia Maria Monteiro de Miranda.

En 1993 presentó concurso, y fue aprobado, como Profesor de Ética, Filosofía de la Religión y Ecología en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).

Es autor de más de 60 libros en las áreas de Teología, Espiritualidad, Filosofía, Antropología y Mística. La mayor parte de su obra ha sido traducida a los principales idiomas modernos.

 



Julio Alejandro Cárdenas V

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http://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADa_de_la_liberaci%C3%B3n

Teología de la liberación

¿Qué ha ocurrido mientras con la Teología de la Liberación? ¿Fue algo temporal, relacionado solamente con aquellos tiempos de revolución?


Juan José Tamayo comenta que lo que ha hecho la TL en este tiempo ha sido replantear sus implicaciones, ya que el momento que actualmente se vive también es distinto. "La TL ha conseguido desenmascarar todos los efectos de la globalización neoliberal de la economía, la política, la sociedad; se ha opuesto al pensamiento único, al socialismo real y ha luchado por el socialismo democrático. Con estas cifras tan tremendas de deuda externa, la economía impone que para saldar esa deuda hay que aplicar ajustes brutales: tala de grandes bosques, explotación abusiva de los suelos. Eso a la postre genera pobreza. Todas estas cuestiones son nuevas, como también lo es la incorporación de la mujer. Los primeros planteamientos de la TL la hicieron hombres, así que me temo que todo tenía cierto toque patriarcal". La presencia de la mujer en la Iglesia siempre ha sido tema de conflicto. En el fondo, como argumenta Eugen Drewermann, es porque Roma teme las muchas cosas que ellas cambiarían. Tamayo destaca la importante influencia que han ejercido un grupo de mujeres, excelentemente preparadas en universidades de Europa y EEUU en la Teología de la Liberación. "Las mujeres han realizado aportaciones espectaculares -señala Tamayo-, han ampliado el horizonte de la razón teológica, han aportado sensibilidad, ternura -lo que ellas llaman la
 praxis del cariño-, el mundo poético, simbólico, abstracto, lleno de intuición... Todo esto antes no existía, y no lo han aportado ellas por ser mujeres, sino porque es algo nuevo que ellas han sabido integrar. Han demostrado que la opresión en América Latina no es abstracta, tiene rostros y quien más lo sufre es la mujer latinoamericana por varias razones. Una, simplemente por ser mujer y pertenecer a la clase popular; la otra, por formar parte de una determinada minoría étnica. Por otro lado, también han dejado patente y han reivindicado el protagonismo que ha tenido la mujer en la historia del cristianismo, aunque esto la Iglesia siempre lo haya silenciado". Hoy, con un mensaje renovado y siempre atenta a las necesidades de la población, la TL está presente en muchos países de América Latina. "En Perú y por influencia de Gustavo Gutiérrez -explica Tamayo-, se ha creado un foco muy importante. En El Salvador en torno a Jon Sobrino, y aunque la situación allí sigue delicada, la Universidad Centroamericana sigue siendo un referente importante no sólo para la Teología de la Liberación, sino también para la sociología de la Liberación, psicología de la Liberación, etc. También tiene importante presencia en México, Brasil -donde existe el mayor número de teólogos y obispos de la liberación- y Costa Rica en torno al Departamento Ecuménico de Investigaciones, en el que yo mismo soy profesor".
Los pilares sobre los que se levanta la nueva TL siguen siendo los campesinos oprimidos, las minorías étnicas, las mujeres que han enriquecido con nuevos elementos la reflexión teológica y lo han fundido con la ecología; y por último el respeto y el amor a la Tierra, tan vital para la subsistencia de estos hombres, pero también tan importante para el equilibrio del ecosistema. Hoy se sigue negando la tierra, las tradiciones, la cultura, la lengua, el arte a los indígenas, lo que indica que los problemas de base no han variado demasiado.
Pan, Tierra y Libertad
 sigue siendo el grito de los oprimidos mientras dirigen sus miradas al cielo en espera de una respuesta.


Julio Alejandro Cárdenas V.

Electrónica del Estado Solido.

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Teología de la liberación

Teología de la Liberación. Hoy


España es en estos momentos el segundo inversor extranjero en América Latina después de los Estados Unidos. Endesa (España) -informa el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights- posee el 32% de las acciones del consorcio ENERSIS responsable de las obras de la central hidroeléctrica de Ralco en el río Bio-Bio (Chile). Esta zona está considerada como uno de los ecosistemas más ricos del planeta, y también es el hábitat ancestral de la etnia Mapuche-Pehuenche, dueños legítimos de estos terrenos en los que se quiere construir la presa, lo que supondría el desplazamiento y desarraigo de este pueblo, amenazando seriamente su supervivencia, ya bastante difícil tras la larga política de asimilación llevada a cabo por los sucesivos gobiernos chilenos que han terminado ignorando la identidad de los pueblos indígenas y han reprimido violentamente sus manifestaciones y a sus dirigentes.
En Porto Alegre (Brasil) acaba de celebrarse el Foro Social Mundial, un encuentro multirracial, multigeneracional y con un lema: "Otro mundo es posible". Aquí han unido sus fuerzas todos aquellos que se oponen a la globalización y la concentración ha llenado de esperanza a los más pesimistas.
Pretendían protestar de forma distinta a Seattle y a Praga. ¿Cómo? Presentando alternativas al sistema neoliberal que tanto daño ha hecho en aquellas tierras. Los temas abordados fueron el requerimiento de anulación de la deuda del Tercer Mundo, el establecimiento de un impuesto a los flujos de capitales especulativos, la eliminación de paraísos fiscales, definición de nuevas reglas para el comercio mundial, la reforma agraria, las prioridades en salud y educación y el rechazo a políticas de ajuste impuestas por el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

Sin duda, ya no estamos en tiempo de dictaduras. Hoy la mayor parte de los países de América Latina posee una estructura democrática aunque también es cierto que las situaciones de opresión e injusticia se siguen sucediendo y los movimientos reivindicativos como los "Sin Tierra" en Brasil, los Zapatistas en México, están ahí. Parece que la globalización no ha solucionado los problemas de antaño.



Julio Alejandro Cardenas V.

Electronica del Estado Solido.

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Teología de la liberación

"Si doy comida a los pobres, ellos me llaman santo. Si pregunto por qué los pobres no tienen comida, me llaman comunista". Helder Cámara.


Fue la del Vaticano la oposición más fuerte y más dolorosa para estos teólogos. "Lo que más daño nos ha hecho ha sido la deformación que ha hecho el Vaticano -argumenta el teólogo de la liberación Juan José Tamayo-. Ellos no condenaron a la TL sino a la deformación que hicieron de ella, se precipitaron en sus declaraciones. Les ha podido su ideología conservadora y de clara alianza con los poderes". Cuestión con la que también está de acuerdo el periodista y escritor, Pedro Miguel Lamet, "a partir del Concilio Vaticano II, la Iglesia ha retrocedido en su aportar al mundo. Hoy se encuentra a la defensiva y tiene miedo al pluralismo dentro de la Institución". Prueba de ello son las medidas
 disuasorias que emplearon con muchos de los integrantes de aquel movimiento.
Leonardo Boff, religioso y teólogo brasileño y uno de los principales inspiradores de esta corriente, fue condenado al silencio por Juan Pablo II. Abandonó el sacerdocio pero siguió realizando su labor. En la actualidad da la vuelta al mundo participando en congresos, conferencias y también

escribe libros relacionados con el tema.
Gustavo Gutiérrez, sacerdote peruano. Es considerado como el padre de la Teología de la Liberación. Fue llamado al orden en 1983 por el Vaticano, que publicó un escrito dando la vuelta a cada uno de sus postulados. Al final acabó siendo neutralizado. Sus libros han sido traducidos a más de 15 idiomas y sintetizan las ideas principales de este movimiento.
Ignacio Ellacuría, jesuita de origen español pero afincado en El Salvador. Era rector de la Universidad Centroamericana de El Salvador (UCA). Siempre elevó sin temor la voz y recibió por ello múltiples amenazas. En alguna ocasión tuvo que abandonar el país y regresar al cabo de un tiempo. En noviembre de 1989 fue asesinado en la propia universidad, junto con otros jesuitas, por un grupo alentado por el Ejército.
Jon Sobrino, vasco, salvadoreño de adopción. Compañero de Ellacuría y uno de lo teólogos más brillantes de América Latina. Pertenece a la segunda oleada de teólogos de la liberación.
Con el silencio al que fueron sometidos unos, la desaparición de otros, la caída del comunismo y la globalización, parece que la TL llegó a su fin. En Latinoamérica llegaron las democracias y toda esta revolución ya parece no tener sentido; o ésta es al menos la versión que se promueve desde Roma.


Julio Alejandro Cárdenas V.

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Teología de la liberación

Ley del Silencio.

  

El Vaticano llevaba demasiado tiempo siendo acusado por este grupo de "insurrectos" que decían que desde los despachos, desde la opulencia, desde las alianzas con los poderes, desde el apoyo a la administración de EEUU que seguía explotando a los pobres, bajo esa perspectiva el mensaje de Dios perdía credibilidad. Así que comienzan las amonestaciones, sanciones y presiones -movimiento liderado por el cardenal Ratzinguer- a los teólogos latinoamericanos de la TL. El 6 de agosto de 1984 la Santa Sede publica un documento donde expone: "La presente Instrucción tiene un fin más preciso y limitado: atraer la atención de los pastores, teólogos y de todos los fieles sobre las desviaciones y los riesgos de desviación, ruinosos para la fe y para la vida cristiana, que implican ciertas formas de la Teología de la Liberación, que recurren de modo insuficientemente crítico a conceptos tomados de diversas corrientes del pensamiento marxista". En otro de sus párrafos advierte que son "corrientes de pensamiento que bajo el nombre de Teología de la Liberación proponen una interpretación innovadora del contenido de la fe y de la exigencia cristiana que se aparta gravemente de la fe de la Iglesia, aún más, que constituye la negación práctica de la misma". Ricardo de la Cierva se une a la postura del cardenal y asegura en su libro "La Hoz y la cruz" que "la Teología de la Liberación no es más que el tercero de los grandes movimientos cristiano-marxistas y el credo de los otros dos: la doctrina que asumen losCristianos por el Socialismo, de obediencia comunista; la doctrina por la que se inspiran y mueven las Comunidades de Base que se integran en la Iglesia Popular que nada tiene que ver con la que llaman Iglesia Institucional y es simplemente la única y verdadera Iglesia".



Julio Alejandro Cárdenas V

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Teología de la liberación

"La Teología de la Liberación ha conseguido desenmascarar todos los efectos de la globalización neoliberal de la economía, la política, la sociedad. Se ha opuesto al pensamiento único", explica Juan José Tamayo.


Con relación a esta bonanza económica, el teólogo español Juan José Tamayo, especialista en Teología de la Liberación (TL), señala que "todo este desarrollo puede ser posible gracias a la ayuda de Kennedy, la iglesia católica y la democracia cristiana". Ante todo este espectáculo comienza la protesta del pueblo oprimido dando lugar a los movimientos populares de liberación y la mediación de la Teología de la Liberación en todo ello. "Yo no podía hablar de Dios a los campesinos si no pasaba con ellos los momentos más duros, si vivía mejor que ellos o no corría peligro como ellos corrían", confiesa Jon Sobrino, uno de los teólogos de la liberación más populares en El Salvador. Aseguraban que para mantener fiel el mensaje tenían que cambiar el método. Trabajan alfabetizando, llevando la cultura y derechos a todos los rincones de Latinoamérica. "Enseñamos a pensar a aquellas gentes y nos volvimos peligrosos" comentó en una ocasión Helder Cámara, símbolo de la TL en Brasil. En aquellos momentos cobró especial relevancia la Universidad de UCA en El Salvador, creada por los Jesuitas para ayudar al desarrollo en la zona. Allí estaba Ignacio Ellacuría, Jon Sobrino, Jon Cortina y otros impartiendo clases. Cuenta como anécdota Sobrino que ponían como tareas a sus estudiantes -normalmente hijos de buenas familias- que cuando fuesen el fin de semana a las haciendas de sus padres, preguntasen cuánto ganaban los colonos. Por otro lado, cuando trabajaban con los humildes campesinos les hablaban de sus derechos, de su dignidad, de la justicia. Todo esto pronto estalló y todos fueron acusados por el gobierno de El Salvador de impartir doctrina de orientación marxista y tratar de crear rencillas y desconfianza entre padres e hijos. Esta respuesta no tuvo lugar sólo en El Salvador. Helder Cámara reconocía: "Si doy comida a los pobres, ellos me llaman santo. Si pregunto por qué los pobres no tienen comida, me llaman comunista". Todos ellos fueron acusados de comunistas porque iban en contra de los intereses de EEUU en aquellos territorios, estaban con el pueblo y además enseñaban a pensar a los campesinos y a reivindicar sus derechos.
En tono reflexivo, Tamayo analiza las equivocadas interpretaciones que se han hecho sobre la TL. "Siempre han existido interpretaciones muy interesadas -explica-. El movimiento liberal antes y el neoliberal ahora, se han preocupado por presentar a una TL desde su propia caricatura y han subrayado con trazo grueso características que no le corresponden en absoluto. Que estaba vinculada al socialismo del Este; que recibía dinero del marxismo, que promovía la violencia como solución a los problemas cuando ésta sólo es contemplada como última opción, una vez agotadas todas las posibilidades. Y en todo ello la peor oposición la hizo el Vaticano".


Julio Alejandro Cárdenas V.

Electrónica del Estado Solido

http://www.revistafusion.com/2001/marzo/temac90.htm

Teología de la liberación

LEJOS DEL VATICANO. 
CERCA DEL PUEBLO.

Texto: Mariló Hidalgo

Las cosas iban a cambiar, especialmente para los más desfavorecidos. Aquel hombre hablaba de un nuevo reino edificado sobre unas nuevas bases. Dicen que ante él tenían preferencia las prostitutas, los tullidos, los pobres, los niños, todo tipo de desamparados. Huía de todo lo que fuese sumisión a la letra de la ley porque decía que existe un espíritu que rodea a todas las cosas y hay que conectar con él. Dicen que vivía y vestía con humildad y demostraba con frecuencia su desapego hacia los bienes materiales en favor de la libertad del espíritu. En varias ocasiones manifestó que no venía a traer la paz, sino la guerra. Y hablaba del corazón del hombre como el lugar de culto a Dios. Al final, sus afirmaciones le llevaron a enfrentarse a todos los poderes de la época y fue condenado a morir en la cruz.

Esas y más cosas se recogen en un sinfín de libros que no cesan de aparecer sobre la vida de este hombre llamado Jesús, Cristo o Mesías. Un personaje cada vez más desconocido -a juzgar por las preguntas sin respuesta que surgen cada día- pero que la historia no ha podido ignorar. Los escritos de aquella época que se van encontrando de forma desgajada hablan de un revolucionario, alérgico al poder y a las jerarquías que se enriquecían a costa del hambre de su pueblo. Insistía constantemente en que el Reino de su Padre era para todos.
Es muy difícil hablar de Dios y no hablar del pobre, hablar de Cristo y vivir rodeado de ostentación y lujo. Este concepto de iglesia no tiene nada que ver con la esencia del mensaje de Cristo. Estas y otras aseveraciones son expresadas por un grupo de teólogos que trabajan al otro lado del charco, en Latinoamérica. Con ellos se inició la llamada Teología de la Liberación y con ellos también llegó el escándalo.
Eran los años sesenta, acaba de tener lugar el famoso Concilio Vaticano II que pretendía introducir un aire renovador dentro de la Iglesia. Como al final no resulta ser así, un grupo de jóvenes decepcionados, que llevan trabajando un tiempo por tierras latinoamericanas con los pobres, oprimidos y marginados critican esa manera de teorizar de espaldas a la realidad y ponen en marcha otra forma de vivir el mensaje de Cristo.
Toman contacto con las raíces de estos pueblos -muchos de ellos indígenas-, sus necesidades -viven en la más profunda pobreza-, sus luchas. Este grupo de teólogos y religiosos se hace solidario con el pueblo y empieza a hablar de liberación. Se crea así un nuevo concepto de Iglesia viva, de mensaje vivo, como ellos los denominan y consiguen levantar un auténtico movimiento respaldado por miles de seguidores.
En aquellos momentos América Latina se encontraba ante un resurgir económico potenciado por EEUU. La base de este auge se encontraba principalmente en la implantación de las multinacionales, que no tardan en provocar un efecto boomerang: concentración de capital en manos de unos pocos, incremento del número de excluidos que no se beneficiarán nunca de ese bienestar del que se habla, aumento del desempleo, analfabetismo, emigración masiva, etc. Este modelo económico pronto se ve ligado con una fuerte militarización, una implantación de regímenes autoritarios sustentados ideológicamente en doctrinas de seguridad nacional que alentaban el miedo a la amenaza comunista.



Julio Alejando Cárdenas V. 

Electrónica del Estado Solido.

http://www.revistafusion.com/2001/marzo/temac90.htm